La busca en sus propios ojos y ya no la puede hallar, como antes.
Cuando en un abrir y cerrar de ojos como por arte de magia
ella aparecía y se sentaba a su lado, cubriendo su alrededor de luz
y esa cálida compañía femenina, delicada pero fuerte,
que él tanto necesitaba.
Toda flor se termina marchitando, con mucha más razón
si no se le brindan los cuidados necesarios.
Partió.
No me preguntes por qué, seguramente eso ya lo sabés.
Se dirigió a otro sitio quizás más amable, donde encuentre color.
No la escuches, ¿no ves que te está gritando?
No la llames, ¿no ves que no puede más?
Ahora él, cada noche maldice haberle causado tanto daño,
ahora él desea más que nada en el mundo que ella regrese.
¿T e dormiste esperando? No esperaba otra cosa de vos
y evidentemente ella tampoco.
¿La soñaste en la noche?¿La sentiste a tu lado?
O es que su ausencia no te dejó dormir.
Igualmente, creo que es mentira eso de que uno
no tiene ni más ni menos que lo que merece, ella no merece,
a pesar de haberte abandonado, no merece, seguir pensando en vos.
No, no lo merece.
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